Artículo en prensa sobre las Jornadas en Defensa del Espacio Público.
Un problema pendiente de solución
La Facultad de Historia de la Universidad de Sevilla acogió una mesa redonda sobre modelos de ocio y legislación represiva, dentro de unas jornadas en defensa del espacio público y del derecho de reunión
Bosco FerriEn defensa del derecho a reunión en la calle y a otros usos en la misma se celebran estos días unas jornadas organizadas por la Asamblea por el Libre Uso del Espacio Público La calle es de todos, que ayer contaron con el debate sobre modelos de ocio y legislación represiva a través de una mesa redonda que acogió la Facultad de Historia de la Universidad de Sevilla. En ella participaron el sociólogo Hilario Sáez, la jurista Pastora Filigrana y Santiago Raposo, del Sindicato de Policías Municipales, mientras que faltó una opinión importante como es la de los vecinos, ya que Dolores Dávila, de la Plataforma por el Derecho al Descanso, no pudo acudir a la cita.
Sin embargo, durante más de dos horas de debate, el casi centenar de asistentes al aula de la Hispalense pudieron formarse una opinión clara sobre este grave problema social como es la convivencia, que carece de una solución actual que no sea simplista.
Así lo denunció Hilario Sáez, sociólogo integrante del equipo que redactó en 1999 el Pacto por la noche, un informe surgido a partir de "un problema que no se sabía resolver" y sobre el que "seguimos igual". "Había ingredientes para la solución, pero ha resultado todo lo contrario con la prohibición de beber alcohol en la calle", comentaba Hilario Sáez, quien criticó los intereses políticos y económicos del Ayuntamiento respecto a estas medidas, sobre todo en la Alameda, donde se pasó de "un problema de convivencia ciudadana a uno de orden público". "No sólo es el consumo de alcohol, el ruido que molesta a los vecinos y el cambio en el uso de la ciudad de los jóvenes, a los que se les da la noche; el fondo del asunto es que no hay un modelo de ciudad con espacios públicos", denunciaba este sociólogo, quien considera "discutible" la opción del botellódromo y prevé que esta situación "acabará mal".
La gestión política municipal también fue criticada por Santiago Raposo, quien además tuvo que defender la actuación de algunos policías en la calle, jueces durante las actividades nocturnas de los jóvenes. "Desde primera hora no tuvimos instrucciones claras con la Ley Antibotellón, para la que seguimos sin estar preparados", apuntaba este miembro del Sindicato de Policías Municipales. "Nosotros seguimos directrices para actuar en un lado u otro, y también para no entrar en la Alameda, donde las llamadas se derivaban a la Policía Nacional", añadía Santiago Raposo, quien denunciaba la "hipocresía" de todas las fuerzas políticas del gobierno municipal, causante de este "problema político".
Tampoco se libró el Ayuntamiento de las críticas con la intervención de Pastora Filigrana, coordinadora del Grupo 17 de Marzo, asociación que defiende la inconstitucionalidad de la Ley Antibotellón. "Se prohíbe beber en la calle, incluso agua, y las acciones que hagan peligrar la convivencia con cualquier actividad, pero no dice cuáles son, con lo que se viola un principio constitucional de legalidad", explicaba esta jurista, quien advertía de la violación del derecho constitucional de reunión y del "peligro de la Policía Local, que hace de juez y se excede en sus funciones".
Pastora Filigrana aboga por la "formación" a los policías locales, además de invitar a "reflexionar" sobre lo que está pasando y por qué, un debate abierto a toda la sociedad pero en el que de entrada se ha criminalizado el hecho de ser joven y estar de noche en la calle.