Es mi plaza y la hago yo
Reportaje de Iria Comesaña sobre la acción en la Barzola publicado en El Correo de Andalucía.
Nadie recuerda cuántos años lleva abandonada una plaza de la avenida de la Barzola situada junto al instituto Inmaculada Vieira, pero dan fe de que han sido muchos los dos o tres juegos infantiles que conserva: están hechos de barras de hierro, una reliquia comparados con los actuales, que son de plástico o madera e incluso se colocan sobre suelo blando.
Éstos no. Éstos, puestos sobre el albero endurecido de una plaza pedregosa que no tiene ni nombre, lucían un aspecto cochambroso que ayer un grupo de vecinos cubrió con pintura de vivos colores, igual que uno de los bancos colocados a pleno sol. También iniciaron un mural en una pared del instituto –que terminarán los escolares–, aunque el calor los hizo retirarse antes de lo que habían previsto.
“Estamos preparando un proyecto para presentarlo a los Presupuestos Participativos, pero mientras vamos haciendo cosas”, decía María Luisa Selgas, vecina de la zona desde hace diez años, que se quejaba de que la asociación del barrio no participara en esta acción, impulsada por una veintena de entidades entre las que destacan los grupos de mujeres del barrio, la Asamblea por los Espacios Públicos y Arquitectura y Compromiso Social.
“La asociación de vecinos ha sido muy combativa, pero ahora no, y hay que vencer la inercia de la gente para conseguir cosas”, decía María Luisa, que miraba con buenos ojos a la veintena de jóvenes que están impulsando estos cambios en una zona en la que no abundan los lugares de reunión. La mujer también estuvo el jueves en un mercadillo en esa misma plaza, durante el que se recogieron ideas para buscarle un nombre en tanto el Ayuntamiento se lo siga pensando. También se ha difundido esa búsqueda de nombre por los colegios e institutos para que los estudiantes aporten sus ideas.
Varios niños armados con pinceles también colaboraron ayer en el espontáneo arreglo del mobiliario infantil, mientras los adultos intentaban crear zonas de sombra con vistas a la hora de comer, cuando “un puchero de garbanzos” logró reunir a casi un centenar de personas, más del doble de que las que se decidieron a arrimar el hombro a la hora de trabajar. Entre preparativos y botellines de cerveza, Ángela saludaba por doquier y mostraba los dos árboles –almeces– preparados para ser plantados en dos arriates vacíos. Aunque no sean muy frondosos, quitarán algo de calor cuando crezcan.
La siguiente convocatoria en esta misma plaza no tardará en llegar: mañana martes, los mismos colectivos reivindicarán viviendas dignas para todos, solidarizándose con los vecinos expulsados de sus casas por la “especulación inmobiliaria” en la cercana barriada de Begoña o en San Bernardo.