NOS SIGUEN LLEGANDO CARTAS DE ABUSOS POLICIALES
Os remitimos la carta que nos envía una persona que vivió en primera persona otro capítulo más de abusos en la Alameda el pasado fin de semana. Destacar que en las últimas semanas se han producido reiteradamente, como así venimos publicando. Seguimos animando a la gente a seguir denunciando este tipo de casos.
Gracias.
Buenas tardes,
Me alegra sinceramente mucho poder haber encontrado un foro donde se recoge un sentimiento, una denuncia y una repulsa a algo que yo viví en mis propias carnes anoche en la alameda de hércules. Está más que claro que las intervencciones policiales no tienen rigor ni criterio alguno; obedecen a meras órdenes con el objetivo de discriminar, criminalizar y desprestigiar la zona más alternativa, culturalmente inquieta, intelectual y despierta como es lo que conforma la Alameda de Hércules. Simple y llanamente, no hay que parar, y sin duda, crear una conciencia en la sociedad sevillana, haciendo ver que la alameda de hércules no hay que verla como algo raro. En primer lugar, los raros podrían ser ellos por el mero hecho de no ir contracorriente, por dejarse aborregar y no tener un mínimo espíritu crítico para denunciar y movilizar a la gente. Por ello, voy a relatar los hechos de los que fui testigo anoche en la alameda. Quiero dejar claro antes de comenzar que me limito a describir hechos. En base a ellos, emitan su juicio y su opinión. No tengo intención de querer influir o condicionar cualquier opinión. Los hechos son tan relevantes que hablan y opinan por ellos mismos.
Me encontraba con mis amigos disfrutando de una agradable noche de sábado; Al salir de la sala Funclub a eso de las 3:50am, estábamos en las vallas de la entrada terminando la consumición en vaso de plástico que nos dieron en la salida con el objeto de no desperdiciarla.
De repente, me percaté de la presencia de policía local uniformada con el equipo antidisturbio. Miré varias veces a mi alrededor, y nada, absolutamente nada, estaba ocurriendo. Si tenía que ocurrir algo era gente en grupos hablando.
De modo inmediato, esos policías en fila se acercaron a nosotros barriendo la calle. Sus palabras eran: " Muévanse y despejen la vía pública". Esperé a que un policía llegara a mi altura y entonces le pregunté lo que ocurría para tal acción. Su respuesta fue concisa, "no se pueden hacer grupos de reunión en la vía pública". Fue entonces cuando le dije sinceramente, de modo educado pero contundente que esperaba que estuviesen aplicando el mismo criterio y rigor de dispersión en el resto de las zonas de marcha de la ciudad. La respuesta fue afirmativa pero en la mirada tanto el como yo sabíamos que eso era rotundamente falso.
Hubiese valido haber llamado por teléfono a personas que se encontraran en la zona de avenida de maría luisa, Bilindo, Cartuja para demostrar que allí no había presencia policial de carga alguna. Incluso, haber tomado el coche y grabar en vídeo la supuesta presencia policial en las zonas que acabo de hacer mención.
Un espacio público, sostenido por todos, financiado por todos, se nos estaba privando por el hecho de estar en él pacíficamente. Unas fuerzas de "seguridad" que comen de los impuestos que nos cobran, se ponían en contra del ciudadano más que en servicio del ciudadano.
Lo que quiero hacer con este escrito no es sino denunciar la falta de criterio, rigor, discriminación, intención de criminalizar un pulmón social de sevilla vital e importante para su cultura y su sociedad. Ante actos de agresión tales, esta vez no fueron físicos, pero si morales hay que hacer una constante denuncia y protesta para terminen de una vez. El policía ordenaba que nos fuéramos de la vía pública. Tomo esta afirmación para terminar este artículo con una pregunta retórica que abra debate: ¿El clasicismo social sigue imperando en nuestra sociedad? ¿Hay ciudadanos más dignos que otros? ¿Lo público no compete a todos?
Ante los hechos, sobran razones.
Juan Carlos Cerdera