NOTICIA DEL PAIS 11 de Octubre.

Solo 1.500 multas por el 'botellón'
Los ayuntamientos eluden las sanciones masivas tras un año de ley contra la bebida en la calle
MANUEL PLANELLES - Córdoba - 11/10/2007

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El Parlamento andaluz aprobó hace justo un año la ley antibotellón, que pretendía acabar con las concentraciones de personas que consumen alcohol en la calle. Según los datos recabados por este diario, se han impuesto 1.500 denuncias por beber en la vía pública en siete de las ocho capitales andaluzas desde que la norma fue aprobada. A la cabeza están las ciudades de Sevilla, con un millar de jóvenes denunciados, y Málaga, con 270. En el lado opuesto están Córdoba, Jaén o Almería, donde prácticamente no se ha sancionado a nadie.
LA NORMA Y LAS SANCIONES
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El Consistorio cordobés, gobernado por IU y PSOE, reconoce que la Policía Local no tiene órdenes de multar a los jóvenes, sino "instrucciones para desalojar si hubiera altercados" e informar a los chavales de los lugares en los que sí se puede beber. La doctrina es informar antes que imponer unas sanciones que, según la ley, pueden alcanzar los 300 euros. En el caso de Cádiz, donde ya se ha multado a 145 personas por beber en la calle, la aplicación de la ley se inició con una campaña de información. Antes de que llegaran las primeras sanciones, los agentes advertían a los que portaban bolsas con botellas de que no podían consumir en los lugares habituales. Por su parte, el Ayuntamiento de Almería reconoce que desde que entró en vigor la norma se ha sido "flexible" a la hora de su aplicación ya que no está resuelta de manera definitiva la ubicación del botellódromo.
La ley dice que los ayuntamientos son los encargados de fijar los lugares en los que está permitido beber, los botellódromos. Almería, Huelva y Sevilla no han puesto en marcha esas zonas. El resto sí, aunque no siempre los jóvenes se han animado a ir allí. Es el caso de Córdoba, donde existen dos botellódromos que los chavales no pisan al estar lejos de los bares y pubs. Se concentran en el Polígono de Chinales, donde hay discotecas.
En términos generales, lo que sí ha logrado esta nueva norma es eliminar las enormes concentraciones que se han registrado durante los últimos años en las ciudades andaluzas. Es el caso de Granada, a la que se le podría considerar como capital del botellón. Fueron famosos los macrobotellones que se organizaron en esta ciudad el año pasado, a los que llegaron a asistir unos 25.000 jóvenes. En el mes de marzo pasado se logró abortar una de estas concentraciones convocada a través de sms. Más de 900 agentes de la Policía Local y Nacional impidieron que finalmente se hiciera.
Ese mismo macrobotellón, que se celebraba para festejar la entrada de la primavera, se convocó en Sevilla. La respuesta que dio el Ayuntamiento fue desplazar a los jóvenes hacia la Cartuja, en concreto, a la zona conocida como la bancada de la Expo. Allí se habilitó temporalmente un botellódromo para ese día. Y allí se supone que estará definitivamente esa zona de ocio, pero el Consistorio no lo ha abierto todavía.
El Ayuntamiento de Sevilla, además de ser el primero en aplicar la norma, ha sido el que lo ha hecho con más dureza, ya que ha impuesto un millar de sanciones. Sin embargo, en las últimas semanas algunos colectivos vecinales denunciaron ante la Justicia que el Consistorio no estaba aplicando la ley en la zona de la Alameda. La denuncia ha sido archivada.

LA NORMA Y LAS SANCIONES
"Corresponderá a los municipios inspeccionar, controlar y sancionar las actividades de ocio sometidas a esta ley".
"Beber alcohol fuera de las zonas del término municipal que el Ayuntamiento ha establecido como permitidas, se considerará una infracción leve que será sancionada con 300 euros".
En Sevilla se han impuesto 1.000 de las 1.500 sanciones tramitadas en Andalucía. Córdoba y Jaén no han multado.
Huelva, Almería y Sevilla todavía no han habilitado botellódromos. El resto, sí, aunque no siempre los jóvenes van allí a hacer botellón.
Información de Manuel J. Albert, Juana Viudez, Sergio Mellado, Ginés Donaire, Pedro Espinosa y M. J. López.